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River venció por 3 a 2 a Barcelona de Guayaquil y se trajo tres valiosos puntos de Ecuador que lo dejan momentáneamente en los más alto del Grupo B de la CONMEBOL Libertadores.

Fue una gran noche del tridente ofensivo. Driussi, Mastantuono y Colidio anotaron un gol cada uno y lograron que la potencia ofensiva de los de Marcelo Gallardo pesara más que los errores y la desconcentración del sector defensivo. Rápidos, intensos y muy precisos, los delanteros le dieron frescura a un equipo que nunca estuvo cómodo en el partido pero que cada vez que atacaba dejaba herido al local. 

La contracara del Millonario fue una defensa que sufrió especialmente con el 9 de los dirigidos por Segundo Castillo. El uruguayo de 33 años, Octavio Rivero complicó toda la noche a Martínez Quarta y a Paulo Díaz. Ganó de arriba y peleó las divididas, obligando al visitante a replegarse y resignar juego para sellar el resultado. 

La noche parecía ser mucho más sencilla para el Millonario. Con un tremendo remate cruzado de Sebastián Driussi se puso en ventaja cuando todavía no había ocurrido demasiado en el partido. Pero algunos minutos más tarde, un error de Marcos Acuña en la salida derivó en un centro del brasileño Leonai Souza, que Rivero cambió por gol con un certero y esquinado frentazo. Nada que hacer para Franco Armani, que se estiró todo lo que pudo pero no llegó a sacarla.

River sintió el golpe y el dominio que comenzaba a desplegar en el medio se diluyó. Kevin Castaño, Enzo Pérez y Nacho Fernández alternaron buenas y malas y, si bien intentaban adueñarse de la pelota y el territorio, todo se desordenaba cuando perdían la tenencia y debían activar el protocolo de recuperación. Simplemente con algunos pelotazos profundos, Barcelona lograba generar peligro.

Pero el visitante no dejó de proponer, ni de lastimar con sus ataques. Colidio avisó que también estaba afilado a los 18 minutos, al reventar el travesaño con un cabezazo y finalmente festejó a los 25, en una jugada similar a la del primer tanto: un remate tan cruzado y esquinado como la del número 15 le devolvía la sonrisa a la banda roja. 

La segunda parte tuvo la misma esencia, River pegó rápido y sufrió después. Fue Franco Mastantuono el que apareció esta vez para darle el tercer gol a los de Núñez, en el arranque del complemento. Sin embargo la tranquilidad de los dos goles de diferencia duró apenas 1 minuto. Byron Castillo se escapó por derecha y puso un centro rasante ante la salida de Franco Armani, que Martínez Quarta terminó empujando contra su arco.

Rápido de reflejos, Gallardo supo que la noche se podría llegar a complicar y empezó a buscar estabilidad con Maxi Meza, Giuliano Galoppo en el medio y Germán Pezzella para la defensa unos minutos después. 

Con la obligación de ir a buscar Barcelona se adueñó de la pelota, pero no logró lastimar y los minutos se le escaparon entre intentos fallidos y poca profundidad. El pitazo final en el Monumental de Ecuador trajo el alivio para el Millonario, que se abrochó tres puntos fundamentales para encarrilar la clasificación a los octavos de final.