Talleres va por su primer triunfo ante Alianza Lima

Alianza Lima venció 3 a 2 a Talleres, en Lima, y dejó al conjunto cordobés con muy pocas chances de avanzar a la próxima ronda de la Copa Libertadores, tras haber perdido en sus tres primeras presentaciones del Grupo D. 

El equipo de Pablo Guiñazú llegaba con la imperiosa necesidad de traerse los tres puntos de Perú para poder seguir soñando con los octavos de final. Tuvo una gran remontada al igualar el duelo tras ir perdiendo 2 a 0, pero en el final Hernán Barcos marcó y dejó a la T sin nada.

La derrota en el debut ante San Pablo por 1 a 0 como local y su siguiente caída en su paso por Paraguay ante Libertad, lo dejaron al borde del abismo. En Lima estaba la esperanza de un nuevo comienzo, pero la noche comenzó torcida con el gol de Paolo Guerrero cuando apenas iban 11 minutos del partido. 

El tanque peruano se impuso en el área, ganó de arriba y primereó a Herrera en el mano a mano para abrir el marcador. Necesitado, la T arriesgó un poco más pero no logró generar peligro real sobre el arco Viscarra, más allá de algunos centros picantes de Depetri y algún que otro remate lejano. 

El segundo gol de Paolo Guerrero, en el arranque del complemento, parecía ser el golpe definitivo, pero fue entonces que los de Guiñazú se mantuvieron firmes. Tres minutos después, Noriega derribó a Ortegoza dentro del área y Girotti convirtió el penal para descontar y llenar de ilusión a media Córdoba.

El impulso llevó a Talleres a ir por más: desborde de Riveros y Girotti nuevamente apareció para empatar la historia. El visitante mostraba su mejor cara justo en su peor momento.

Sin embargo, con el 2 a 2, Alianza Lima reaccionó y a pura pelea empantanó el duelo. Se sucedieron un cruce tras otro y a falta de poco menos de diez minutos para el final pagó los roces con una expulsión: Zambrano se llevó la segunda amarilla y dejó al local con 10 jugadores. 

El epílogo fue pura emoción: ocho minutos de descuento y un partido completamente descontrolado: la pelota volaba de un arco al otro y el gol podía ser para cualquiera. En medio de roces, disputas y corridas Pablo Lavandeira desbordó por la derecha, tiró un centro exacto para que Hernán Barcos marcara el 3 a 2.

Nacido en Bell Ville, Córdoba, el delantero argentino fue el verdugo de la noche y, con su agónico tanto, le dio vida y esperanza a los de Pipo Gorosito.