Mbappé, el invitado especial de Bad Bunny en la Residencia

LeBron James, Ricky Martin y ahora, Kylian Mbappé. La residencia de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico no solo está rompiendo con la música: también se convirtió en el punto de encuentro de grandes figuras del deporte y el espectáculo.

Mientras celebra su último disco, “Debí Tirar Más Fotos”, Benito decidió montar una serie de shows en su tierra natal para compartir con su gente (y con el mundo) la cultura boricua. SIn embargo, el evento superó todas las expectativas: en las primeras de las 30 fechas que realizará, entre luces, perreo y visuales impactantes, el Coliseo recibió a LeBron James, a Ricky Martin y ahora, a la estrella del fútbol mundial Kylian Mbappé.

El jugador francés llegó a Puerto Rico en pleno receso previo a su debut con el Real Madrid y fue captado disfrutando del show desde una de las zonas VIP. La visita no tardó en volverse viral, generando aún más expectativa por los invitados que podrían sumarse durante los fines de semana que siguen. Con un concepto que combina espectáculo, identidad y un homenaje constante a su isla, Bad Bunny está transformando su residencia en una celebración global, pero con ADN 100% boricua.

EL IMPACTO DE LA RESIDENCIA DE BAD BUNNY: INYECCIÓN DE 200 MILLONES DE DÓLARES Y MÁS DEL 75% DE OCUPACIÓN HOTELERA

La residencia de Bad Bunny no es solo un concierto, sino un plan estratégico para cambiar el turismo en Puerto Rico. El artista y su equipo se propusieron un objetivo ambicioso: posicionar a la isla como un destino global de espectáculos, fortalecer su economía local y transformar al Coliseo de Puerto Rico en la meca de las residencias artísticas del Caribe.

Con 30 fechas programadas hasta el 14 de septiembre, el evento no solo rinde tributo a la música y la cultura puertorriqueña, sino que también apunta a generar un impacto económico real en plena temporada baja. Se espera la llegada de 200 mil extranjeros y un movimiento económico estimado en al menos 200 millones de dólares.

Durante agosto, la ocupación hotelera en la isla creció un 75% interanual y las reservas en plataformas de alojamiento temporal se dispararon hasta un 200%. Informes oficiales estiman un gasto promedio de 156 dólares diarios por turista extranjero y de 70 por turista local. Solo por consumo turístico directo, se proyecta una inyección mínima de 160 millones de dólares.

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Detrás de un clima festivo, donde el reggaetón y la salsa dominan, la residencia también busca preservar las raíces caribeñas, denunciar problemáticas que atraviesan a la isla y ofrecer una experiencia transformadora. Por eso, Bad Bunny decidió que las primeras nueve noches sean exclusivamente para residentes locales, garantizando que los boricuas sean los primeros en vivir este homenaje a su tierra.